En plena ola de frío, y con temperaturas mínimas en negativo en todo el país, estos días se utilizan más que nunca estufas de gas, parafina, calefactores, braseros eléctricos, etc. para proporcionar calor en nuestros hogares.
Durante el invierno, se registran más incendios en los domicilios como consecuencia de la utilización de aparatos productores de calor. Como siempre, abogamos por la precaución. Es imprescindible extremar las precauciones con este tipo de aparatos de calor. Utilizarlas de forma responsable es la obligación de todos, por nuestra seguridad y por la de los demás.
Algunas pautas para utilizar estufas y otros focos de calor de forma segura.
- Es imprescindible mantener la distancia de seguridad mínima de medio metro aproximadamente, entre estufas y otros elementos inflamables como cortinas, ropa o muebles (podrían arder y provocar un incendio en nuestro hogar).
- Mantener una distancia aun mayor entre el foco de calor y elementos inflamables.
- No secar la ropa cerca de estufas y radiadores, ni colocar la ropa húmeda o seca sobre ellos.
- Apagar estufas de gas o parafina siempre antes de salir de casa o irse a dormir, y utilizarlas en espacios amplios, nunca en espacios menores de 12m2. En caso de este tipo de estufas, hay que ventilar regularmente la habitación.
- En caso de radiadores eléctricos, no sobrecargar la red eléctrica, no cubrir los calefactores, y especial cuidado en el uso de éstos en el baño, puesto que agua y electricidad son siempre «amistades peligrosas».
- Es muy importante revisar anualmente, calderas, calentadores de gas y las bombonas de butano/propano en caso de las estufas de gas.
- Conocer dónde se encuentran los aparatos de extinción de incendios en portales o escaleras de edificios.
- Tener siempre presente el teléfono de emergencias 112 por si fuera necesario en caso de incendio
- En viviendas unifamiliares conviene contar con un extintor con su óptimo mantenimiento correspondiente, puesto que la prevención es siempre la mejor arma contra el fuego.
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