A todos nos ha ocurrido. Es muy común cuando estamos cocinando, que una sartén se pueda prender, y originar un pequeño incendio, que en caso de no ser rápidamente controlado, se puede propagar y causar un daño mayor. En estos casos es de vital importancia mantener la calma y sobre todo, no tratar de apagar el fuego echando agua, puesto que originaría una gran llamarada y el peligro sería mucho mayor.
¿Qué hago si la sartén está ardiendo?
En estos casos, lo primero que hay que hacer es cortar el gas y apagar la campana extractora. Y acto seguido, apagar el fuego por sofocación. Lo ideal es poner sobre la sartén, una toalla o paño grande mojados y escurridos, para que tenga la menor cantidad de agua posible. Esto hará que el fuego no tenga oxigeno con el que seguir ardiendo y se apagará inmediatamente.
También podemos poner una tapadera, siempre desde el punto más cercano de la sartén al más lejano, para protegernos del fuego. Tanto si utilizamos una tapadera como si utilizamos un paño húmedo, es importantísimo no levantarlo hasta pasados unos minutos, para asegurarnos que la temperatura ha bajado lo necesario para que no vuelva a prender. Si levantamos antes de tiempo, las llamas automáticamente resurgirán al tener el aceite caliente, nuevamente oxígeno.
A continuación compartimos un vídeo realizado por el Cuerpo de Bomberos de Muntanya (Alicante) donde nos explica la manera idónea de proceder.
La mayoría de los habituales en la cocina, sabemos como actuar si esto ocurre. Pero es sumamente importante que se lo transmitamos a todos los miembros de la casa, cocinen habitualmente o no, y que sepan reaccionar en caso que el cocinero habitual no esté presente en ese momento. En estos casos, el tiempo de reacción supone la diferencia entre un sustillo y un incendio.
Aunque en este caso no tendría porqué ser necesario, siempre os decimos. Es imprescindible saber dónde está el extintor más cercano y cómo utilizarlo.
[…] Si está cocinando, no abandonar la estancia mientras los fuegos están encendidos. Es importante tener a mano siempre tapas, o paños húmedos, para sofocar el fuego en caso de que se pueda prender una sartén. […]